de justicia, paz y amor según los principios del evangelio. Un ejemplo de la penetración de la sal lo hallamos cuando Felipe predicó el evangelio en Samaria. Por ese poderoso testimonio se produjo una gran depuración social, de modo que “había gran gozo en aquella ciudad” (Hch. 8:9). No era el placer de las orgías mundanas, sino el gozo de la salvación y de sus excelentes resultados espirituales y sociales. c. El símil de la luz (5:14–16) 14Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre
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